El Obispado prohíbe a Tuineje la escenificación de su belén
María Jesús, una maestra de Gran Canaria, trajo a Tuineje el libreto de la Representación del Bien y del Mal hace más de 60 años y comenzó a ensayarlo con alumnos y vecinos para escenificarlo después de la misa del gallo en la iglesia. El pueblo lo repitió con devoción hasta convertirlo en una tradición navideña. Este año, el Obispado de Canarias ha denegado el permiso para que se haga dentro de la ermita, lo que ha provocado las protestas del colectivo cultural Manitaga y de los vecinos que cumplirán con la costumbre, aunque sumidos en la indignación.
La denegación del permiso ha provocado todo tipo de reacciones en un pueblo que, con más ganas que nunca, escenificará la Representación del Bien y del Mal a las 20.30 horas del 24 de diciembre, aunque sea en la plaza de la iglesia donde ya lucen las cabras y las casas del belén. El colectivo cultural Manitaga califica la decisión de «cacicada», mientras que otros apelan al valor de las tradiciones, sobre todo una con la que han crecido los niños del pueblo que prácticamente conocieron el miedo cuando el diablo vestido de rojo y negro hacía su aparición en la iglesia antes de enfrentarse y perder ante el ángel por la vida de Jesús.
La decisión del Obispado de Canarias se basa en que, según sus informes, desde hace siete años no se celebra esta representación también llamada del Diablo y del Ángel. En los años anteriores en que se había solicitado, ya se había contestado que lo más conveniente sería que «este tipo de eventos se celebrara en otros espacios y no en la iglesia». Pero, en esta ocasión, la decisión es tajante:«nos parece que lo más prudente y oportuno es que se realice en otro lugar». El Obispado de Canarias entiende que el gran acontecimiento de la noche del 24 de diciembre es la misa, «en la que hay que centrar toda la atención como centro y culmen de nuestra vida cristiana».
CRÍTICAS
En cambio, para Manitaga y algunos de los vecinos, la denegación del permiso es una de otras tantas intromisiones de la Iglesia en las tradiciones de Tuineje. «Cada año, nos quitan algo: en algunas fiestas prohibieron la lectura del pregón de las fiestas juradas de San Miguel dentro de la iglesia, otra vez el cura no quiso que el santo saliera a recibir las ofrendas de la romería de San Miguel». Un vecino mueve apesadumbrado la cabeza y resume «no saben vivir con las costumbres y las tradiciones del pueblo». Aunque elude cualquier enfrentamiento con elObispado, Manolín Rodríguez Betancor, presidente de la asociación de vecinos Virgen de la Salud, aboga como casi todos por que la representación se realice dentro del recinto religioso, «por tradición y por frío».
Alrededor de una veintena de personas participa cada año en la escenificación de Tuineje. Después de la misa del gallo y antes de sentarse a comer el baifo, el pueblo asiste a la representación del Belén viviente. Antoñita Quesada Clavijo lo recuerda como si fuera hoy: «hasta mi padre, que tendría 105 años si viviera, se vistió una vez de diablo con dos diablillos chiquititos».
A la vista de la decisión del Obispado de Canarias, será mejor seguir el consejo de Manitaga para la plaza: «se recomienda traer abrigo».
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